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La Maravillosa Química de Pensar en Grande

Por: *Winston Samuel Ojeda

Autor del libro: “¡Claro que Sí se Puede!

Hay algo mágico en el ambiente cuando un individuo se comporta con la seguridad de que logrará lo que se propone. Desde el principio de los tiempos siempre ha existido en la mente del ser humano el reto de escalar montañas, o el tratar de encontrar el camino para alcanzar horizontes que en un principio parecían muy distantes.

En nuestros días, somos testigos del increíble avance de la tecnología y nos sorprendemos con los nuevos inventos, que se desarrollan para beneplácito de la humanidad, sin embargo, a veces no nos detenemos a meditar un poco acerca de la manera en que nació ese nuevo invento.

Bueno, pues cada nueva herramienta o dispositivo que usas hoy, tuvo como laboratorio, la mente de un individuo, que no hizo caso de los argumentos negativos y no se detuvo ante los fracasos que se presentaron en el camino antes de lograr el éxito con su idea.

Si Edison hubiera desistido en su empeño por inventar la bombilla eléctrica, hoy tendrías que ver la televisión sin luz.  Bueno, esto desde luego es solo una broma, pero es para que te pongas a meditar en todos los beneficios de los que disfrutas hoy en día y en los cuales normalmente no te pones a pensar. Sabes, que, si pulsas un botón, te puedes trasladar hasta el rincón mas apartado del planeta, entrar –virtualmente- a un estadio y ver tu deporte o tu concierto preferido.  

Por otro lado, con frecuencia escuchamos sentencias como “eso es imposible” o “eso no se puede” o “no creo que lo logren”, que normalmente son expresadas por personas que hacen que su vocabulario sea en sí, la fuente de una serie de situaciones negativas, que se concretan en problemas durante su vida diaria.

En contraposición, hay personas que vislumbran, imaginan y visualizan la manera de lograr que un reto, se convierta de un problema a resolver, en una solución segura. Sin embargo, aunque esto ya de inicio significa un gran paso, -por lo positivo del modo de pensar-, todavía no representa garantía de éxito, ya que se requiere algo adicional.

Ese algo adicional, tiene que ver con la grandeza de tus pensamientos; con la envergadura de tus metas; con el tamaño de tus sueños. La diferencia entre lo que se logra puede ser abismal y para ello voy a compartir un ejemplo contigo, solo que basado no en grandes descubrimientos, sino en la cotidianidad de lo que se da en llamar la rutina diaria, es decir situaciones de trabajo comunes y corrientes.

Vamos a pensar en un par de ejecutivos que disponen de los mismos medios para lograr sus objetivos. Uno de ellos, -al que llamaremos Miguel-, se distingue por ser casi infalible en alcanzar las metas que se propone. Meta que Miguel se propone, meta que consigue en un 100%. Prueba de ello, es que lleva diez meses poniéndose 50,000 como meta en sus ingresos y diez meses consecutivos que lo logra.

Roberto, que es su compañero de trabajo, no tiene la misma suerte en sus aproximaciones, ya que normalmente se queda corto. Por ejemplo, el mes pasado, alcanzó un 78% de su meta y así ha sido casi siempre por lo regular. A primera vista, los dos son admirables, sin embargo, cuando vemos los cheques de comisiones, nos percatamos que Roberto gana más que Miguel.

¿Cómo es que sucede eso? –te preguntarás-. Pues bien, la diferencia estriba en que Roberto se pone de meta una cantidad mayor. De hecho, el mes pasado se propuso ganar 100,000 y solo logró llevar a su cuenta bancaria 78,000. ¡Ah, pero eso es más que lo que gana Miguel! Bueno precisamente la diferencia estriba en que Roberto siempre piensa en grande.

Tu mente es la fuente de todos tus pensamientos y cada uno de estos pensamientos, le da forma a tu realidad. De manera es que es verdaderamente importante, que trates de visualizarte alcanzando metas mas ambiciosas, que te veas triunfando, pero con expectativas mas amplias y no te circunscribas a lo que ya sabes que puedes lograr.

Sabemos que los hombres de ciencia, cada vez logran cosas más sorprendentes, tal es el caso -por ejemplo- del descubrimiento del código genético del ADN, o las maravillosas fotos de Marte tomadas desde un dispositivo que se traslada por el espacio y está hecho por seres humanos o las computadoras, que cada vez son más veloces, tienen más memoria y son cada vez más pequeñas, y así podríamos seguir enumerando toda una gama de grandes y pequeñas maravillas, que están diseñadas para nuestro bienestar o para cultivar nuestro intelecto.

Sin embargo, a ti, no te estamos pidiendo que te integres a ese tipo de tareas, solo te estamos invitando a que, en tu mundo individual, trates de alcanzar metas más grandes, que ocupes tu tiempo libre en solidificar las bases de tu futuro, aprendiendo a lograr siempre un poquito más, y con esto no sólo me refiero solamente a la parte económica, sino a la parte espiritual, física o cualquier otra en la que te propongas participar.

De hecho, el trabajo que desempeñas y que prácticamente todo ser humano, realiza para llevar el sustento a su hogar, es un campo ideal para intentar cristalizar nuevas metas. Sólo tienes que aprender a confiar en ti mismo y visualizarte, como si ya hubieras logrado tu propósito. No me cansaré de repetirte, que aquello que pienses, se convertirá en tu realidad. Y de seguro quieres y mereces una mejor realidad que la que tienes ahora.

Así, que no hagas caso si te critican por pensar en grande, que todos los grandes hombres, en cualquier actividad del quehacer humano, han sido duramente criticados en el proceso de concretar sus sueños. Sólo camina hacia delante, déjate llevar por tus pensamientos más grandiosos y sobre todo no tardes en empezar a darle forma a esas ideas que te llegan como por inspiración divina.

Parafraseando al gran pensador Norman Vincent Peale: “Deja que tu corazón vaya por delante, que el resto de tu cuerpo lo seguirá a donde quiera que vaya”.

Recuerda que no fuiste creado para ser mediocre, sino que fuiste creado para alcanzar grandes alturas, de tal manera que lo único que falta es que lo creas tú. Piensa en grande, visualízate en grande, actúa en grande y la maravillosa química de tu mente se encargará del resto.

*Winston Samuel Ojeda es mexicano de nacimiento y tiene más de 30 años de experiencia impartiendo conferencias y seminarios de superación personal. Su oratoria impactante y amena, abarca temas que se relacionan con el crecimiento personal, el liderazgo, la familia y el network marketing.

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