fbpx

Actitud es el Nombre del Juego

Por: *Winston Samuel Ojeda
Autor del libro: “¡Claro que Sí se Puede!” Blog: Actitud es el Nombre del Juego

La actitud es un hábito de pensamiento, de modo que si tú quieres vigorizar tu actitud lo primero que debes hacer es fortalecer la manera en que piensas, por ejemplo, te comparto que en mi caso y como producto de muchos años de práctica cotidiana me levanto cada mañana con la certeza de que puedo lograr lo que me proponga.

No existe en mi mente ninguna duda de que el éxito es mío y si eventualmente me asaltara un leve titubeo, inmediatamente cambio mi enfoque en la dirección correcta, es decir, que sea lo que sea que vaya a intentar estoy equipado con los talentos que Dios me dio y entre todos ellos la actitud es la principal fuerza que impulsa mi pasión y mis deseos en busca de alcanzar el objetivo anhelado.

Muchas veces equivocadamente pensamos que la actitud de seguridad que emana de algunos individuos es producto del dinero, las influencias o el poder que ejercen, no obstante, continuamente encontramos que esos que parecen fuertes, recios y valerosos, no usan más que una máscara frente a los demás, pero cuando están solos son tan temerosos como una gacela a punto de ser cazada.

Por muchos años he sido un estudioso de las herramientas que se requieren para ser exitoso, toda mi vida me había cuestionado, cómo se logra, cómo se obtiene, dónde se encuentra la llave que abre la puerta que te conduce hacia el sendero del éxito y finalmente llegue a la conclusión de que todo esto empieza dentro de cada uno de nosotros, en tu caso, dentro de ti, ya que tú eres el único que decide si aceptas el reto de ir en busca de ese secreto que puede cambiar tu destino para siempre.

De modo que imagina que tienes una llave que abre la puerta para obtener un éxito indescriptible y que el abrir esa puerta o no es tú decisión, qué solamente depende de ti, lo cual te hace doblemente responsable porque no puedes echarle la culpa a nadie más que al que ves en el espejo todas las mañanas.

Para alcanzar ese entendimiento es necesario experimentar y para ello la vida te da oportunidad de apreciar cotidianamente hábitos, costumbres e intentos a manera de ensayo y de ese modo ir descubriendo lo que realmente te llena para seleccionar lo que más te conviene, luego, por ende ir recolectando lo sembrado, los frutos.

De modo que inevitablemente en algún momento, tú ser termina por alinearse con tu creencia interna y por tal motivo, los cambios en la realidad de tu entorno son semejantes a lo que anidan en tu corazón y mente, es decir, que llega el momento que tu patrón mental se refleja en tus resultados y tu vida personal, ya sea de manera positiva o negativa.

Cuando inicié mi carrera en el campo de las ventas tuve oportunidad de compartir retos varios y conocí individuos excepcionales y talentosos sólo para darme cuenta de que algunos de ellos tenían una actitud mental negativa, lo cual se reflejaba en su trabajo.

Fue ahí que pude darme cuenta de que no importaba que tan talentosa e inteligente fuera una persona, era mucho mejor tener una actitud mental positiva, ya que algunos que no eran tan brillantes, sí contaban entre sus herramientas mentales el creer en si mismos y manejarse con la soltura del que se sabe capaz, por ende, sus resultados eran superiores a los de que se supone los sobrepasarían.

Este increíble descubrimiento fue la inspiración que me llevó a querer rodearme de personas con lo que ahora llamo AMP, dado que es mucho más prolífico y productivo rodearte de personas con esa característica, que tener individuos sin confianza en si mismos.

De manera tal que la actitud es un hábito de pensamiento, sí, pero, si deseas cambiar tu actitud de negativa a positiva, debes pensar en consecuencia, sin olvidar que no necesariamente el barrio donde naciste determina tus resultados, sino que más bien eres tú y tus elecciones lo que determina tu presente y tu futuro.

Eres y actúas de acuerdo con los pensamientos dominantes de tu mente, por tal motivo, no hay que olvidar la reflexión que expresa sabiamente: “Como el hombre piensa en su corazón, así es él”; esto abarca todo lo referente al comportamiento humano, de hecho, es tan diáfano y vasto que se extiende a todas las condiciones y circunstancias de tú vida.

Como lo analizamos anteriormente, lo que en algún momento inició con un pensamiento, se convirtió en una acción y esa acción que se repitió tantas veces que se convirtió en un hábito, posteriormente ese hábito fue moldeando tu carácter y ese carácter es lo que ha ido determinando tu futuro.

Es obvio entonces que la transformación mental llega por la renovación de tu entendimiento, es el procesamiento personal de lo que aceptes que entre a tu entendimiento y el no hacer caso ni escuchar lo que otros dicen, cuando a tu juicio es incorrecto lo que te proponen. ¡He ahí lo que hace la gran diferencia!  

Así que cuando te comportas de acuerdo con tus creencias, el resultado es que éstas gradualmente se convierten en un hábito de pensamiento.

La conclusión de “Actitud es el Nombre del Juego” es el mensaje que te he compartido, que debes levantarte cada mañana con la certeza de que eres capaz de lograr tus objetivos y que no hay espacio en tu mente para el fracaso, ya que al sentir y alojar dentro de tu corazón estos modelos de pensamiento, tu fortaleza aumentará y los demás lo notarán reconociéndote como el líder en el que te has transformado, como la dirigente en la que te querías convertir, gracias a la AMP que ha quedado firmemente estampada en tu mente y por lo tanto forma ya parte de tu personalidad.

¡Qué así sea, por el resto de tu existencia!

*Winston Samuel Ojeda es mexicano de nacimiento y tiene más de 30 años de experiencia impartiendo conferencias y seminarios de superación personal. Su oratoria impactante y amena, abarca temas que se relacionan con el crecimiento personal, el liderazgo, la familia y el network marketing.

Envía tus comentarios a: hola@claroquesisepuede.com